Con el proyecto “Caracol” trabajamos en la valoración positiva de la migración. Y lo hacemos desde nuestra perspectiva de historiadores/as del arte y profesionales del patrimonio cultural. Es un hecho reconocido que históricamente la migración ha contribuido de manera determinante al enriquecimiento cultural de los territorios de recepción. El caso español es uno de tantos que pueden acreditarlo. Y hoy, que se penalizan los procesos migratorios como fuente de conflictos sociales, hemos de mirar al pasado y recuperar la idea del bagaje que los migrantes llevan consigo y en muchos casos aportan para beneficio de las culturas receptoras. Por ello la imagen del caracol es oportuna, ya que a través de su andar nos permitirá conocer palabras, voces y ritmo de hombres y mujeres llegados por mar y tierra.

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       Entre las actividades que realizamos para materializar el proyecto se incluye una actividad en que la tecnología toma parte, que es la creación de un sistema de comunicación e interacción entre población autóctona y migrantes, de manera experimental en Sevilla, donde una década atrás se cifró la población recién asentada en más de veinte mil personas.

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          Los inmigrantes hoy en día se han acomodado a la ciudad de acogida, pero se han resistido por razones muy diversas a integrarse. La integración requiere un proceso de conocimiento de doble dirección, del hospedado y del hospedador.

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           Pensamos que tanto las TICs pueden facilitar la tarea de acercamiento y conexión. Y en ello trabajamos, construyendo una web y asociándola a redes. Promoviendo el conocimiento recíproco y el intercambio de ideas, experiencias e incluso la impulsión de actividades conjuntas.